Desde los inicios de la humanidad han existido los amuletos y los talismanes. Eran muy comunes en la antigua civilización asiría y egipcia; mientras que los griegos y romanos lo usan frecuentemente. Incluso Plinio el Viejo hacia referencia de ellos en su obra Historia Natural. Sin embargo, ¿Qué son, en realidad, los amuletos y los talismanes?
La palabra amuleto se deriva del latín "amuletum", que, a suvez, proviene de otro término "amoliri" que significa "apartar o alejar". De allí que usualmente se defina como objetos o instrumentos utilizados para apartar o protegerse.
Los primeros amuletos consistían de piedra grabada u objetos hechos de metal como el bronce, plomo, oro o plata y otros materiales como cuero, arcilla y trozos de plantas o partes de animales.
Es importante observar que si los amuletos alejan los daños e influencias negativas, el talismán atrae la buena suerte y logra que los proyectos lleguen a un feliz término. Su origen es posterior a de los amuletos, ya que, para su elaboración, se requería conocimientos como astrología, matemáticas, botánica, de teología y hasta metalurgia.
Existía la creencia que tanto el talismán como el amuleto trasmitían sus cualidades al hacer contacto con la piel del portador.
Con el transcurrir del tiempo, fueron surgiendo talismanes y amuletos poderosos que fueron tan efectivos que su fama fue creciendo hasta llegar a nuestros días. A continuación se presentan algunos de ellos:
La palabra bezoar proviene del persa "badzahar" y del hebreo "beluzaar" que significa antídoto y es que se pensaba que los bezoares tenían poderes curativos. Sin embargo, ¿Qué es un bezoar? Es una piedra o cálculo que se puede encontrar en los intestinos o estómagos de los animales.
En el siglo XII, la piedra bezoar que se extrajo del estómago de una cabra se le atribuyeron propiedades curativas y fue empleada para tratar diversas dolencias como epilepsia, la disentería y la lepra. Fue tal su valor que un bezoar formó parte de las joyas de la corona de la reina Isabel I.
Su imagen recuerda a la cruz cristiana, pero difiere en la parte superior que tiene una forma ovalada como una argolla o asa.
Su origen se remonta a la civilización egipcia. Este pueblo consideró la cruz ansada como símbolo de vida y se creía que atraía a su portador longevidad y sabiduría.
La tradición nos indica que concretamente el 3 de mayo de 1232 en el castillo-alcázar de Caravaca el rey moro Muley Al-buceil obligó a oficiar misa a un sacerdote cuyo nombre era Ginés Pérez de Chirinos El rey moro deseaba conocer, por curiosidad, qué misterio ocultaba el rito de la misa. La leyenda cuenta que el sacerdote no podía articular palabra porque le faltaba la cruz que, en ese momento, se materializó. Otras versiones indican que la cruz fue transportada por ángeles.
La cruz de Caravaca
La cruz de Caravaca se considera que cura las anginas, el dolor de muelas y las contusiones, Además, permite liberarse de los enemigos y protege de influencias negativas a su portador
Mano de Fátima
Este es un amuleto de origen islámico y posee la forma de una mano con sus dedos extendidos. Algunas versiones le colocan una piedra de forma de un ojo en su parte central. La mano de Fátima protege contra diferentes tipos de dolencias y atrae la buena suerte.
Este es un amuleto, muy empleado en Brasil, que tiene la forma de una mano con el puño cerrado y cuyo pulgar sobresale entre los dedos índice y corazón.
Entre sus cualidades está elde ahuyenta el mal de ojo (principalmente si está hecho en piedra azabache) y proteger contra envidias y enfermedades.
Herradura
Se piensa que la herradura de caballo confeccionada de hierro tiene el poder de alejar el mal y atraer la buena suerte. Se debe colocar sobre la puerta principal de las casas con los extremos hacia abajo.
Es importante no tomar la herradura al revés. Es decir, por las puntas, ya que rompería la racha de buena suerte